jueves, 27 de agosto de 2015

Escocia: Inverness

           ESCOCIA: INVERNEss         


Inverness es la capital de las Tierras Altas escocesas, las célebres Highlands. Con sus apenas 67.000 habitantes pasa por ser la única ciudad de todas las Highlands, y la más al norte del Reino Unido. Además está considerada como la ciudad de toda Europa occidental que mayor crecimiento ha experimentado durante los últimos años. 


La ciudad crece a lo largo del río Ness, no en vano Inverness significa "desembocadura del río Ness" en gaélico escocés. Idioma que, como podréis ir observando, a medida que subís al norte de Edimburgo, va fusionándose cada vez más con el inglés, hasta el punto de costar entenderlo. 


Inverness es un enclave estratégico por su entrada al fiordo de Moray y al Mar del Norte, por lo que su control siempre ha sido objeto de disputa a lo largo de la historia. Sobre un promontorio, dominando la ciudad y al lado del río Ness, se puede ver el  Castillo de Inverness, que data del año 1847. Antes hubo ahí otras fortalezas y construcciones militares que fueron destruidas en diferentes épocas, que van desde las guerras fratricidas entre clanes rivales de las islas y la corona escocesa, hasta la última en plena guerra jacobita (1746). Pero, sin duda, el castillo más famoso de Inverness fue el construido en el siglo XI por MacBeth y que inspiró la famosa obra de William Shakespeare


También al lado del río Ness se encuentra la Catedral de San Andrés, la primera nueva catedral construida después de la Reforma Protestante y, fácilmente reconocible por sus dos torres simétricas. La verdad es que lo del culto en Escocia es algo que llama la atención porque puedes encontrarte hasta ¡¡¡ocho tipos de confesiones cristianas¡¡¡: Iglesia Católica, Iglesia de Escocia, Iglesia Libre de Escocia, Iglesia Libre Unida de Escocia, Iglesia Presbiteriana Libre de Escocia, Iglesia Presbiteriana Asociada, Iglesia Episcopal de Escocia y Unión Bautista de Escocia


En este caso, el culto corresponde a la Iglesia Episcopal de Escocia, de corte anglicana. Una vez dentro de las iglesias protestantes sorprende el vacío que provoca la ausencia de figuras de los santos y la virgen, así como la decoración tan simple y austera que atesora. 



Otra cosa que merece la pena ver es la Old High Church, de culto perteneciente a la Iglesia de Escocia. Sobre este espacio, San Columba, el monje irlandés de cristianizó a los pictos, edificó la primera iglesia en el siglo VI. Pese a sus sucesivas reformas, la torre es medieval y está considerada como el edificio más antiguo de Inverness.



Como muchas de las iglesias, tiene un pequeño cementerio anexo al edificio principal con sus lápidas a la vista. Merece la pena pararse un momento y leer detenidamente las inscripciones que hay en ellas. Te puedes encontrar con historias muy curiosas.



Otra zona por la que merece la pena pasar es el Victorian Market, un pequeño centro comercial repleto de pequeñas tiendas y que está muy céntrico. Construido en 1870, hubo un incendio en 1889 que lo dañó severamente. En dicho incendio sólo murió un perro que, aun con el mercado en llamas, se negó a abandonar la tienda que cuidaba. Los escoceses, que entienden y valoran la lealtad como nadie, mencionan la historia del perro fiel en un cartel que explica un poco la historia del Victorian Market.



La zona céntrica de Inverness es bastante concurrida y además cuenta con unas cuantas calles peatonales, que aún le dan más vida a la zona. 



Si tienes curiosidad por ver los trajes y vestidos tradicionales escoceses, los célebres kilts, es recomendable visitar dos sitios. El primero es el Scottish Kiktmaker Visitor Centre, regentado por miembros del Clan Frasier, donde te pueden dar una visión interna de la historia, cultura y tradición de la falda escocesa. 



Además dispone de talleres y exposiciones audiovisiuales que complementan las explicaciones sobre su elaboración. Los kilts, además de venderse, también se alquilan por días u horas. 



El otro sitio que merece la pena visitar para ver los kilts y todos los demás complementos del traje típico escocés, es la tienda de Duncan Chrisholms, una de las más afamadas de Inverness. Según cuentan, el uso del kilt se remonta a la época romana. Los highlanders lo utilizaban tanto para la guerra como para enrollarse con él para dormir y protegerse del frío. Cada clan fue definiendo su diseño y color en función de los tintes que disponía en su zona, lo que les permitía distinguirse perfectamente de otros clanes.



Desde el Canal Caledonian se accede a Jacobite Cruises, la empresa encargada de dar paseos en barco a lo largo del lago Ness. Nosotros fuímos en uno que nos llevó hasta el castillo de Urquhart.



El Castillo de Urquhart es el tercer sitio más visitado de Escocia. Sus vistas y su enclave, a orillas del lago Ness es espectacular. A lo largo de la historia sufrió numerosos asedios, algo que es costumbre en Escocia, primero con las guerras de Independencia contra los ingleses y luego en las guerras jacobitas. Precisamente, en estas últimas, el ejercito inglés destruyó este castillo para que no pudiese ser aprovechado por el ejercito jacobita, y desde entonces no se ha vuelto a reconstruir. 




Accedimos al castillo desde el embarcadero y visitamos todas sus estancias. Además, el castillo dispone de un centro de interpretación, sencillo, en donde te proyectan una película sobre su relevancia en la historia de Escocia. 

Unos kilómetros a las afueras de Inverness se encuentra el páramo de Culloden. Allí tuvo lugar en 1746 la batalla entre el ejercito jacobita y el ejercito real. El ejercito jacobita, partidario del heredero Carlos III de Inglaterra y Escocia, estaba formado en su mayor parte por clanes de las highlands (McKenzie, McDonald, McLaren, Frasier, McLoud, McIntosh, Cameron...) y profesaban mayoritariamente el catolicismo y el episcopalismo. 


Por su parte, el ejercito real, de religión anglicana y presbiteriana, y partidario del vigente rey Jorge II de Hannover, estaba liderado por el Duque de Cumberland. Además de tropas inglesas, contaba con mercenarios holandeses y tropas escocesas de clanes afines (Campbell, McKay, McLeod, Sutherland, Munro...)



La batalla fue rápida y se convirtió en una auténtica masacre de jacobitas. A consecuencia de esta derrota se prohibió el uso de la gaita (desde entonces considerada como arma de guerra), de la vestimenta tradicional escocesa y del idioma gaélico. Los highlanders participantes fueron despojados de sus bienes y posesiones, perseguidos y asesinados u obligados a emigraciones forzosas en masa. El ganado de las highlands fue confiscado y prácticamente regalado en Yorkshire. 




Todo ello supuso el fin a un modo de vida, al sistema de clanes y provocó que gran parte de ellos emigrasen a Australia o las Américas en busca de un futuro mejor. Con ello, el gobierno inglés consiguió su objetivo, despoblar las Highlands de sus moradores y, en caso de que se quedasen, despojarles de las  bases de su economía, matándolos de hambre y frío. 


Así pues no deben de extrañarnos dos cosas: primero el por qué los escoceses sienten tanto odio por los ingleses, especialmente en las Highlands, y en segundo lugar, por qué el Clan Campbell es el más odiado por los escoceses. De ahí el célebre dicho escocés "Never trust in a Campbell" (Nunca te fíes de un Campbell)

1 comentario:

  1. Toda una historia vivida por los escoceses que perdura atravês del tiempo!

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